El secreto de una relación de pareja perfecta

Hoy quiero hablaros de el secreto de una relación de pareja perfecta, sé que estos no son de los artículos más leídos, ni los que esperáis, pero, aun así, me apetecía escribir unas reflexiones, porque así quizás, os ahorréis el tener que llamarme para solucionar algo, que podría no haberse roto.

La idea que las relaciones de pareja, con o sin convivencia (y sobre todo las de convivencia) deben ser por siempre cual cuento de hadas, una constante de mimos y palabras dulces, es algo que nos aleja de la verdadera posibilidad de ser felices. A nosotros, con nosotros mismos y sobre todo con nuestra compañera/o.

¿Cuántos renuncian cuando las cosas se complican?, más de los que estaríamos pensando, y ¿cuántos otros dejan que el tiempo o las circunstancias cambien lo que prometían? Como he explicado en otros post, la INFIDELIDAD, no solo es tener sexo con otro que no sea tu pareja (salvo que esto esté consensuado) Ser infiel es prometer, verbal, por escrito o tácitamente, que vas a ofrecer y que te gusta recibir ciertas “cosas” y luego “donde dije digo, digo diego” …

Somos así, mudamos según nos guste SIN CONTAR CON EL OTRO y en el amor no podíamos ser diferentes. Luego nos quejamos de sentirnos solitarios, de no encontrar nuestra media naranja perfecta, de que no todos son como pensamos, y en el peor de los casos de que “todos/as son iguales” y “ellas/os son las/os peores”; NOS PASAMOS DE RELACIÓN EN RELACIÓN CULPABILIZÁNDOLOS/AS A ELLOS/AS….

Y como os digo muchas veces, si tienes 3 o 4 “fracasos” en tus relaciones de pareja, puede que no hayas encontrado a tu compañero ideal, pero cuando los cuentas por decenas…¡¡¡¡ háztelo mirar que seguro el/la RESPONSABLE ERES TÚ!!!

Y todo esto ocurre por no ser honestos…

El amor, las relaciones no cinematográficas, no son un paraíso, el amor sincero es vivir la vida con sus sinsabores, asumir que nuestra imperfección nos hace ver y vernos cual reales somos frente a aquel que amamos y nos ama, y que el verdadero amor, nos acepta tal cual somos. Pero aquí está el quid de la cuestión, tenemos QUE SER, no interpretar, y comportarnos y sentirnos con nuestra pareja como si de una extensión de nosotros mismos se tratase, sin actuar, sin fingir y sobre todo sin culpabilizar al otro de los males del mundo (de nuestro trabajo, de nuestra familia etc.…)

¿Cuánto estamos dispuestos a aceptar?, ¿defectos?, ¿errores? Cuando nos encontramos en el trabajo y pensamos que cuando nos corrigen, nos critican constructivamente o nos dejan entrever nuestras faltas, nos hacen un favor para mejorar como trabajadores y lo aceptamos e incluso agradecemos, pero…

¿No es cierto que en el amor deberíamos tomar en cuenta las críticas, las desaprobaciones como una forma de mejorar también? Pero NO, generalmente pensamos que son quejas, reproches y malas intenciones perversas y ocultas…

Un matiz por supuesto, debemos ser conscientes que siempre y cuando las demandas sean reales, no queremos tampoco sumirnos en una relación abusiva donde nos mermen la autoestima y nos rebajen cada día sin motivo…

Pero no es eso lo que hacemos, nos sentimos agraviados porque él o ella no nos vea como queremos, porque critique nuestras manías y porque alguna vez pierda el humor con nuestras tonterías… es normal, no es perfecta/o, es humano/a y como tal actúa.

¿Habéis pensado en esto alguna vez?… ¿por qué nos empeñamos en sentirnos dolidos ante la crítica de aquel que nos ama?

Y podéis estar en total desacuerdo conmigo, pero pienso que la razón es que no queremos renunciar a que nos vean como cuando nos vieron la primera vez, bajo el efecto del más intenso amor (ese en-amor-miento, algo que no deberíamos de hacer ni permitir): perfectos, inteligentes, bellos, y más, mucho más…

Somos tan frívolos, creídos, prepotentes y faltos de humildad algunas veces…

Pero claro ¿Por qué no íbamos a desear ser amados y vistos perfectos como cuando un día vivimos, la ilusión de alguien que nos veía como la última maravilla…?

Nadie dice que no puedas sentir añoranza de ello, pero cuando ese deseo oculto se convierte en la forma en que nos alejamos de alguien que amamos y nos ama, es hora de hacer un alto.

Piensa PORQUE ES LA REALIDAD, que siempre es aquel que nos ama, el que nos ayuda a mejorar, el que se empeña porque no nos envanezcamos, hagamos el ridículo, el que quiere lo que PROMETIMOS QUE LE DARÍAMOS Y QUE QUEREMOS RECIBIR LO QUE PEDIMOS…etc. Los que no nos quieren, pasan, les da lo mismo…esas relaciones en las que no hay debates, conversaciones, incluso llamémoslas DISCUSIONES, están condenadas a fracasar, PORQUE SIGNIFICA QUE NO LE IMPORTAS O QUE NO LE IMPORTA LA RELACIÓN.

¿Y porque pensar que lo que nos dice nuestra compañera/o se tiene que tener en consideración? Sencillo, porque nos ama, y cuando pides que sea sincero y que te ame con total honestidad, ¿por qué no aceptar toda la verdad aun cuando no nos gusta?

Insisto en que nunca hay que perder la esencia de quien somos, por ello es tan importante, que nos conozcamos, sepamos lo que somos y queremos y por supuesto seamos sinceros en lo que podemos y deseamos ofrecer, porque como reza el refrán “hechos son amores, y no buenas razones” …

Ergo, así es el amor, a veces nos hace sonreír, gozar, estar en una estaxis incomparable con nada, pero también puede expulsarnos del paraíso, bajarnos al “infierno” (que no es más que la, a veces cruda realidad) …

Porque el amor ante todo debe ser sincero. Y la sinceridad siempre tendrá dos caras, dos sabores, dulce y amargo…

Balancear la ecuación, y conseguir que la versión dulce prevalezca en el 80% del tiempo y de nuestra relación es y nosotros seamos felices en ese porcentaje, ya es y se debe de considerar una relación PERFECTA…No busquéis el 100% porque eso solo Disney lo ofrece, pero tampoco os conforméis con menos del 80%…DAR y no os CONFORMÉIS, con menos.

Un abrazo……Javier Sanjuán, especialista en Amarres de Amor, y por ende muy curtido en esto de las relaciones de pareja después de más de 20 años escuchándoos…