¿Será la edad, la experiencia o eso que llaman sabiduría y que no se si poseo o poseeré?,
¿Quizás las experiencias vividas, las que me quedan por vivir o las que nunca viviré?…
¿Será que cuando cierro los ojos, me sobra todo, hasta lo merecido?
¿o será, que ya es hora de apagar el mundo y encender la música.?
Porque el alma se alimenta de melodía, y no de ruido.
Será lo que fuere, pero lo que sí sé,
es que siempre he querido cambiar lo que sé,
por lo que nunca he sabido, ni sabré.
Que, en mi vida, sobran soliloquios, sobran silencios construidos con filos de hielo, sobran golpes, porrazos y tortazos,
Y, sobre todo, que ya no quiero estar, solo quiero ser…
Porque si Algo sé, es que lo único malo de ser fuerte, es que todos asumen que estas bien, que tu no sufres como ellos, que no sientes y por ende no padeces.
Y lo hago, y lloro, y sufro y siento, pero, ¿Ser?
me siento y pienso, ¿de qué me merece?…
¿Pero sabéis? esas frases que nunca pronuncié, que nunca pensé, que nunca pensaría,
esas que robamos al viento, al azar, al vecino,
resuenan en mi memoria sin saber de dónde han venido.
Y a estas alturas de mi vida, lo único que con certeza sé,
es que me agradezco por anclarme en el suelo,
que me anclé y me paré.
Que deje de dar vueltas sin sentido,
de esperar ser correspondido,
de buscar la aprobación de mentes estacionales,
que nunca han sentido y solo creen que han vivido.
Y así, como el guardián de mi monasterio sé,
que como ser valioso que soy,
cada vez que llueva creceré.
Mientras el resto, el resto, solo se mojará.
Un abrazo………Javier Sanjuan, Maestro en Magia Blanca
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