Si cambias tu forma de ver las cosas, cambiarán las cosas que ves.

Las cosas no son como son, son como somos. Y si cambias la forma de ver las cosas, cambiaran las cosas que ves.

las cosas no son como son, son como somos

Si cambias tu forma de ver las cosas, cambiarán las cosas que ves.

Aunque a veces no lo creamos hemos venido a este mundo a ser felices. Muchas veces tendemos a poner excusas como “Yo soy así”, “No puedo”, “Ya soy mayor para cambiar”, “Tengo mala suerte”… pero son solo eso, excusas.

Es un error pensar que la realidad es independiente a nosotros y que no podemos cambiarla. El mundo es solo un reflejo de nuestras percepciones y pensamientos, y estos pensamientos son los que dan lugar a emociones tan diversas como: alegría, tristeza, vergüenza, ira o miedo -entre otras-.

Nuestra forma de pensar, analizar y razonar da lugar a nuestras creencias, y estas creencias están enormemente influidas por el aprendizaje, un aprendizaje en el que participan gran cantidad de modelos: padres, hermanos, amigos, cine, televisión, prensa, libros… Desde pequeños se nos van repitiendo ciertos dogmas y patrones de pensamiento que tras ser repetidos innumerables veces se asientan en nuestro subconsciente y dan forma a lo que nosotros denominamos realidad.

Por tanto… si no te gusta tu vida, si consideras que quieres que algo cambie, si consideras que todo podría ser mejor… tengo una buena noticia… EL CAMBIO NO ESTÁ FUERA, SINO DENTRO DE TI. Si cambias tu forma de ver las cosas, cambiarán las cosas que ves.

En primer lugar, es bueno cuestionar la información que nos llega. Cuestionar no en sentido de desconfiar, sino en sentido de analizar: ¿Por qué? ¿Por quién o para quién? ¿Cuándo? ¿Es cierto? ¿Realmente es necesario? ¿En qué me influye o qué me aporta? ¿Me hace sentir bien? ¿Me gustaría cambiarlo? ¿Cómo podría hacerlo? Son un sinfín de preguntas las que nos podríamos hacer con la gran cantidad de información que nos llega a diario… sin embargo… tendemos a escuchar, afirmar, creer, aceptar (o intentarlo) y dar veracidad inmediata a toda la información que nos llega desde fuera (y aprovecho para recordar que vivimos sobre informados…)

Un concepto muy relacionado con el optimismo y el bienestar es el de Flexibilidad Mental, que no es otra cosa que la capacidad para modificar tus propias creencias en base a nuevos datos o evidencias. Mantén tu mente siempre abierta y sigue obteniendo y analizando información de diversas fuentes. Analiza, busca y sabrás cuales son los pensamientos o creencias que solo aportan malestar a tu vida y cambialas. Lo que duele no es el cambio, sino la resistencia al cambio.

A continuación, describo un ejemplo…

Carlos es muy buen estudiante, ha aprendido desde pequeño que hay que trabajar duro, que hay que ser el mejor y que cada tropiezo es un fracaso. Si te has esforzado y no lo consigues es que no sirves o no sabes hacerlo.

María saca muy buenas notas ha aprendido que las cosas se consiguen con esfuerzo, y que no siempre se acierta la primera, pero que es cuestión de seguir intentándolo, cuando uno se cae tiene que levantarse y aprender del error, pero nunca venirse abajo. Los errores son grandes profesores.

María y Carlos son compañeros de clase, y hoy han tenido un examen sorpresa bastante difícil, el profesor no había avisado y la mayoría de la clase ha sacado una nota baja en el examen. Entre ellos Carlos y María han suspendido…

Misma situación, diferentes creencias. ¿Pero cuál es la realidad que asume cada uno?

Para Carlos sería un contratiempo fuerte en su vida, se vendrá abajo y se sentirá mal consigo mismo y con el mundo, y es probable que experimente emociones como ira, tristeza o desesperanza. Su realidad es dura y fea (y además poco útil).

Sin embargo, María, afrontaría una realidad bien diferente: ha sido un palo sí, pero analizará la situación y se dará cuenta de las cosas que puede aprender de este error, por ejemplo, que hay que estudiar a diario y no sólo cuando haya un examen. Después de analizar la situación es probable que se sienta incluso más fuerte y motivada para seguir afrontando el curso escolar.

Como podemos observar la realidad no está fuera sino dentro de nosotros, sino nos gusta lo que hay… ¿Por qué no cambiarlo? ¿Podría Carlos cambiar su realidad cambiando sus creencias?

“La persona con la que más hablas a lo largo del día eres tú mismo, ¡cuidado con lo que te dices!”

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