Deja de ser tu propio enemigo
Deja de ser tu propio enemigo. Muchas veces no eres consciente de ello, pero, sin quererlo, actúas como tu peor enemigo. Puede que te parezca normal tener pensamientos dispersos sobre lo mal que haces las cosas, lo mucho que te falta para estar “a la altura” de los demás, o lo deficiente que eres a la hora de conversar, bailar o lo que sea. No son reflexiones como tales. Simplemente, tienes una convicción