VAMPIROS ENERGÉTICOS

Vampiros energéticos: claves para identificarlos y protegerse de ellos

Al perder la conexión con la fuente los seres humanos necesitamos conseguir la energía suficiente para vivir, de otro sitio, es cuando creamos diferentes estrategias para conseguirlo, como son las farsas de control y nos convertimos en vampiros energeticos

Los diferentes tipos:

El intimidador: consigue acomplejar al receptor mediante la amenaza controla a la persona que tiene que prestar atención y por lo tanto ceder energía. El receptor aprende a tener rabietas para intentar conseguir un poco de espacio y energía. Y se termina volviendo una víctima.

El interrogador: utiliza la crítica, y encuentra errores en todo. Es una manera de robar energía, ya que tiende a volver a la otra persona insegura y dependiente de ellos que al final intenta hacer las cosas sin que sea censurable por el interrogador. La defensa es volverse impreciso y distante.

El reservado: actúa con cautela, indefinido y misterioso para conseguir atraer la atención del receptor y que deposite más energía en ellos. Cuanto más tiempo mantiene el interés y el desconcierto, mayor es la energía que recibe. Esto produce que su vida evolucione más lentamente.

La victima: es alguien que cuenta las cosas horribles que le ocurren, dando a entender a las personas que son las responsables y que si se niegan a ayudarle continuarán ocurriéndole cosas horribles. Esa persona pretende controlar al nivel más pasivo.

De activo a pasivo iría el intimidador, el interrogador, el impreciso y la víctima. Se pueden usar varias farsas, pero la mayoría tiene una dominante. Las personas reservadas crean interrogadores. Los interrogadores hacen reservada a la gente. Los intimidadores crean a la víctima y si esto falla surge otro intimidador. Perpetuándose las farsas de control. Esto surge durante la infancia en el seno familiar.

Hay que descubrir que farsa usamos, conocernos a nosotros mismos. Como las farsas surgen en la familia hay que retroceder a nuestra infancia para ver cómo surgió nuestra manera de robar energía, esto nos facilitará traerlo a un plano consciente.

La familia realizaba las farsas de control para obtener la energía y como respuesta el niño se defendía fabricando su propia farsa. Construyendo entre todos unos ciclos para robarse la energía. Una vez identificado la dinámica de la energía en la familia, se podrá rebasar aquellas estrategias de control y ver lo que realmente estaba pasando.

Desde un punto de vista espiritual se deberá re-interpretar la experiencia familiar y descubrir quién somos realmente. Una vez hecho esto, nuestra farsa de control desaparece y nuestra vida, la auténtica, cambia de rumbo. Identificando la farsa podemos encontrar en nuestras vidas un significado superior, una razón espiritual por la cual nacimos cada uno en una familia concreta. Empezando a tener claro quiénes somos realmente.

Esto nos ayuda a conectarnos más fácilmente con Dios y la energía universal.

Basado en el libro las nueve revelaciones de james redfield